ADOLESCENTES, ¿La etapa perdida?
Hola, ¿qué tal?
Dime una cosa ¿eres un adolescente?
Y estarás pensando ¿y qué más le da? Pues te diré porqué. Porque mucha gente cree que por definición un adolescente no se preocupas por más que por sí mismo o misma y que no sabe hacer otra cosa que jugar a videojuegos y estar con el móvil todo el día junto con Internet.
Puede que esto en muchos casos sea cierto, pero si estás leyendo esto y eres adolescente podemos decir a ciencia cierta que algo de lo dicho anteriormente es falso. Un blog está en Internet exclusivamente pero es lectura al fin y al cabo, cosa que ya se sale de la rutina de muchos.
¿Que es la adolescencia?
Así, a partir de lo que en clase hemos podido sacar en claro, es que la adolescencia es una etapa, la intermedia para ser exactos, que te lleva a la adultez.
¡¿ADULTEZ?! ¡Venga ya!, ¿quien quiere llegar a esa etapa? Personalmente yo la adultez la equiparo con una palabra; RESPONSABILIDADES. Y dime, ¿quién quiere responsabilidades durante toda la vida?
Veamos lo que la adultez te trae:
TRABAJO: ¿Para qué tener uno cuando de adolescente tienes las ventajas de tener un trabajo pero sin trabajar? Nadie, y quien diga lo contrario ¡MIENTE!.
FAMILIA: RESPONSABILIDAD con mayúsculas. Demasiados líos, en serio.
LIBERTAD ECONÓMICA: Bueno, bueno, a medias porque todos los gastos te los cargas tu, ¿a quién le puede gustar eso?
CASA PROPIA: Es lo único a lo que le veo algo de ventaja. Pero, ¿y llegar a ella y tener que ocuparte de que todo esté recogido? Si te pones a pensarlo pierde todas las ventajas.
Conclusión que no es la mejor etapa ni de casualidad y la adolescencia no es la peor ni de broma. La adolescencia no es la pérdida de la calidad humana ni mucho menos. Es la época de disfrutar, de plantearse cosas y errar en ellas. De tropezarse y levantarse otra vez, de viajar, de desinhibirse, de no dar cuentas a nadie...
Para todo lo demás, lo aburrido, ya habrá tiempo por que para desgracia de todos, todo llega, y si por el camino me dicen; ¡ojalá y madures, date prisa que te estás perdiendo por el camino!
Pues yo me giraré y les diré: ¡a mucha honra señor y/o señora. Soy joven, soy vida, soy sueño y soy alegría. Para sentar la cabeza tengo toda la vida, hasta el último minuto cuando ya tenga un pie en el más allá.
Este es mi mensaje; olé la adolescencia. Para mí, lo mejor.